Bienvenid@s

Es la hora de l@s niet@s.
Este es un espacio libre para publicar todo cuanto hayamos podido recuperar de nuestr@s abuel@s y familiares, esos recuerdos que nos han negado durante tantos años.
Para dejar constancia de nuestros sentimientos, nuestros recuerdos, nuestras historias; para que nada quede en el olvido.

Quisieron acallarlos para siempre pero ahora pueden hablar por nuestra boca, por vuestra boca.
Anímate, cuenta todo lo que sepas, ellos lo merecen y lo esperan.

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martes, 31 de mayo de 2011

Homenaje en Fuerte San Cristóbal


Intervención de Mari López, 29 de Mayo de 2011


Mari López Regorigo durante su intervención

Buenos días:

Lo primero quiero dar las gracias a todos los organizadores del acto, Asociación Txinparta y Asociación de Fusilados de Navarra.
También a la Sociedad de Ciencias Aranzadi, a Félix Sierra, a Iñaki Alforja y a los grupos De Zero y Barricada y todos cuantos colaboran en estos homenajes y en especial a Venancio y Koldo Pla por la ayuda que obtuvo mi hijo por su parte al realizar un trabajo sobre la fuga para un concurso de historia.

De la provincia de Segovia mi familia fue la que mayor número de miembros tuvo en la cárcel. En total fueron doce personas represaliadas, algunas por tener ideales de izquierdas, otros por pertenecer a la Casa del Pueblo y otros no tenían ideas definidas, simplemente pertenecían a la familia Galindo o estaban casados con alguna hija o sobrina.

De esas doce personas, cinco estuvieron presos en el Fuerte: mi abuelo Victoriano López, tres hermanos de mi abuela, Justo, Mariano y Agapito Galindo, y Felipe Martín, otro cuñado de ellos, aunque éste no aparezca en los listados.
A Mariano lo asesinaron durante la fuga y sigue aquí perdido en algún lugar del monte.

Mi abuelo Victoriano, Felipe y otro señor de Coca, salieron el mismo día; fue el día de Nochebuena, con una nevada muy grande y los guardias les dijeron que esperaran al otro día para irse, pero no quisieron; lo pasaron muy mal hasta que bajaron del monte. Felipe les decía a mi abuelo y al otro que le dejaran, que no podía continuar y cada uno le agarró de un brazo y consiguieron llegar abajo.

Nadie pegó un tiro a mi abuelo, pero todos los malos tratos que recibió y lo que sufrió entre estos muros, le repercutieron en su salud y al poco de salir falleció, así que para mi familia y para mí, también lo asesinaron los fascistas.
Me hubiera gustado mucho conocerle y haberle hecho infinidad de preguntas, pero tengo la tranquilidad de que fue un hombre bueno al igual que los otros once miembros restantes. Ellos no hicieron nada malo, sólo defendieron sus ideales.
Porque es mejor ser un idealista y luchar por ello, que no un conformista y un esclavo.

Tenemos un gran compromiso con todos los hombres y mujeres que fueron humillados, maltratados, asesinados, sólo por defender la libertad. Se merecen seguir vivos en nuestro recuerdo; que lo olviden aquellos que firmaron el pacto de silencio, nosotros "Ni olvidamos, ni perdonamos", sin rencor, ni ánimos revanchistas pero no olvidamos.
Todavía no entiendo por qué ocurrieron esas atrocidades y no entiendo cómo el corazón de algunas personas pueda albergar tanta maldad.

Hoy se mezclan muchos sentimientos en mi cabeza, uno de ellos es la alegría de recordarlos, el respeto a la dignidad de los que defendieron el poder legítimo y el orgullo de que me dejaran en herencia una sólida moral republicana en la que no cabe el olvido.

Somos los descendientes de esos hombres ya desaparecidos y nuestras actitudes marcarán el futuro de nuestro hijos "Porque fueron, somos; porque somos, serán".

Así que por todos los hombres buenos y valientes que sufrieron en el Fuerte San Cristóbal, por su dignidad y por la libertad de los pueblos:

¡¡VIVA LA REPÚBLICA!!