Primero quiero presentarme, soy Maripepa, tu nieta mayor, hija de tu hijo José.
Aunque no nos hemos conocido, he pasado tanto tiempo hablando y escuchando historias sobre ti, que siento que en algún momento de mi vida sí he coincidido contigo.
La primera persona que me contó tu historia fue mi abuela Fidela (madre de mi madre) y aunque sólo tenía diez años recuerdo que algo se removió en mi interior y me prometí que algún día conseguiría que se hiciera justicia contigo.
Después pasó el tiempo y he seguido con mi vida, me casé y, casualidades de la vida, mi marido resultó ser familia tuya; le conté tu historia y se implicó tanto o más que yo en el tema.
Nos pasamos muchos años investigando e intentando averiguar dónde y cómo terminaste tus días. Solicitamos información a Instituciones y Ministerios del Gobierno, ya que aquí en tu pueblo era para muchos como si nunca hubieras existido.
Más tarde otro nieto tuyo, mi primo Vicente, fue a Pamplona y allí dio con el Fuerte San Cristóbal; cuando me enteré un nueva luz se abrió ante mí. Por desgracia él nos dejó y no ha podido acompañarnos en este camino.
Llegó a nosotros un libro sobre La Fuga del Fuerte San Cristóbal y aunque no participaste en ella, aparecías en el registro de presos que penaron allí. Ése fue el punto de partida de una nueva etapa de esta historia.
Contactamos con la Asociación TXINPARTA y nos enteramos de que todos los años hacían un homenaje en la puerta del fuerte por lo que desde entonces hemos ido todos los años y hemos mantenido el contacto con ellos para así estar informados de cualquier paso adelante que dieran.
¿¿Y sabes qué?? Tengo que decirte que hemos tenido mucha suerte, tanto tú como nosotros, de haber caído en sus manos, primero porque son personas excepcionales y segundo porque de manera gratuita han trabajado muy duro para que familias como la nuestra recuperen a sus seres queridos que murieron de manera injusta.
Ojalá todas las personas que por desgracia hayan pasado por una situación como la tuya puedan contar con el apoyo y la colaboración de gente como Koldo, Venancio, Mikel, Joseba, Jesús Mari, Luis Miguel y muchos otros que seguramente me dejo, y que sin ellos probablemente este día no hubiera sido posible.
Este año, cuando estuvimos en el homenaje en el mes de mayo, nos dieron la noticia de que la exhumación de tu cuerpo era inminente y que en pocas semanas nos llamarían por si queríamos estar presentes. ¡¡¡DESPUÉS DE TANTO TIEMPO DE LUCHA, COMO PARA NO ASISTIR!!!.
Un cúmulo de sensaciones me recorrieron el cuerpo cuando llegamos y empezaron a trabajar. Sí, es verdad que sólo eran huesos, pero es lo que queda de ti, lo único físico que yo he podido ver de tu persona. Me invadieron sentimientos de alegría y emoción y ahí fue cuando empecé a ser consciente de que tanto esfuerzo merecía la pena. Un esfuerzo sin embargo, que sin la ayuda tanto de mi marido y de mis hijos por un lado y del resto de la familia por otro, no sé si hubiera sido capaz de mantener vivo.
Otro día emocionante para mí fue cuando mi sobrino Luis Miguel consiguió, por fin, que el juicio injusto que te hicieron quedara anulado, por lo que tu memoria estaba, si cabía, aún más limpia.
Abuelo, hoy es 29 de Agosto del año 2010 y seguro que jamás pudiste imaginar que estaríamos aquí desde hijos hasta tataranietos, rindiéndote este homenaje, orgullosos todos de ti y de que hoy puedas descansar en tu pueblo.
Ya sólo me queda despedirme, con mi conciencia tranquila, porque sé que más no he podido hacer por ti y tu memoria y ten bien seguro que aunque mi meta ya estás conseguida, seguiré recordando y contando tu historia con orgullo, y si hace falta gritaré:
¡¡¡SÍ, SOY NIETA DE ANDRÉS RODRÍGUEZ CALERO, ALCALDE REPUBLICANO DE SERREJÓN, PERO SOBRE TODO SOY NIETA DE ANDRÉS RODRÍGUEZ CALERO, MI ABUELO!!!
El 29 de Agosto de 2010 los restos de Andrés Rodríguez Calero, último alcalde republicano de Serrejón (Cáceres), fallecido en el Fuerte San Cristóbal el 29 de Noviembre de 1942, llegan a su pueblo y por fin su familia puede enterrarlo donde siempre debería haber estado.